Los incendios forestales son una lacra que año tras año asola nuestro medio rural, elimina nuestros árboles y montes, a la vez que destroza el medio ambiente. Hablamos de los incendios forestales sin control, aquellos que calcinan grandes extensiones de terreno produciendo efectos devastadores. Hay que tener presente que el fuego como agente regenerador de los ecosistemas naturales ha sido utilizado y controlado por los seres humanos desde hace miles de años, pues “bien utilizado” ha sido y es una herramienta más que forma parte de las labores agrícolas y forestales realizadas por el hombre en las diferentes zonas geográficas del planeta, para aumentar la producción de cultivos, incrementar la extensión del suelo agrícola, facilitar la alimentación del ganado, mejorar el forraje para los animales domésticos, etc., pero aquí nos referimos a esos grandes incendios que arrasan y ocasionan situaciones de gran riesgo poniendo en peligro a las personas, los bienes y los ecosistemas.
Dependiendo de la extensión de suelo afectada, los incendios forestales se clasifican en:
- Conato. Son incendios que afectan a una superficie inferior a una hectárea.
- Incendio. Son aquellos fuegos en los que la superficie afectada está comprendida entre una hectárea y cuatrocientas noventa y nueve hectáreas.
- Gran Incendio Forestal (GIF). Reciben esta denominación aquellos fuegos que afectan a una superficie igual o superior a quinientas hectáreas.
Según estadísticas proporcionadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2019 en nuestro país se produjeron 7.290 conatos y 3.593 incendios, lo que se tradujo en una superficie quemada de 83.962,69 Ha, así mismo, en ese año se produjeron 14 Grandes Incendios Forestales, 12 durante la campaña de verano y 2 durante la campaña de invierno, con una superficie afectada de 28.551,42 ha. Los países de la Unión Europea más afectados por los incendios forestales son en primer lugar Portugal y en segundo lugar España, seguidos de países mediterráneos como Francia, Italia, Grecia y Turquía. Detrás de una gran cantidad de estos incendios en nuestro país, concretamente en el 96 % de los casos, se encuentra involucrada, ya sea de una forma directa o indirecta, la mano del hombre pues, según estudios realizados solo una cuarta parte de estos se deben a causas naturales como los producidos por la caída de un rayo y fenómenos meteorológicos, el resto a actividades desarrolladas por el ser humano como quema de restos agrícolas, barbacoas, tirar colillas encendidas… siendo los restantes ocasionados de una forma intencionada.
Aparte de las causas de inicio de los incendios forestales, es importante también señalar otros factores que influyen de manera considerable en el rápido desarrollo, expansión y crecimiento del fuego, como son:
- El cambio climático. Las temperaturas cada vez más extremas, las fuertes olas de calor, la falta de lluvias, los fuertes vientos… hacen que cada año nuestro paisaje se vuelva un poco más seco y árido.
- El abandono del campo. Décadas de éxodo de la gente del rural hacia las grandes ciudades, han dejado tras de sí la desatención del campo, las tierras de cultivo, el aprovechamiento forestal, el abandono del pastoreo…, a la vez que aumenta la presencia de una masa forestal indiscriminada y desordenada, con una alta densidad de matorral y masa arbóreas de especies como el pino y eucalipto que arden en mucha mayor proporción que otras especies y contribuyen a aumentar la frecuencia y extensión del fuego.
- Proliferación de viviendas aisladas. El incremento del número de viviendas que se construyen cerca del monte, sin tener en cuenta el alto riesgo que entraña.
- Abandono de residuos en el monte. La conducta incívica o el descuido se encuentra muchas veces detrás de la gran cantidad de basura que encontramos en el entorno natural, las botellas o trozos de vidrio, los aerosoles, los plásticos, etc., pueden llegar originar un incendio por el llamado “efecto lupa”. En este sentido, a la hora de usar plásticos siempre debemos de optar por los compostables. Así, empresas como Bioplásticos Genil se ha convertido en una de las empresas líderes del mercado español en la fabricación de bolsas de plásticos ya que ha cambiado su producción para ofrecer productos biodegradables compostables de alta calidad para farmacias y comercios en general.
Agricultura ecológica
La forma básica de luchar contra la degradación del medio rural son las buenas prácticas, encontrándose la agricultura y ganadería ecológica dentro de estos. Por agricultura ecológica se entiende la producción de alimentos saludables utilizando única y exclusivamente sustancias y productos naturales, sin el empleo de productos químicos u organismos genéticamente modificados para el abono y fertilización de la tierra o para combatir las plagas y enfermedades de las plantas.