Escoger bien el té que te vas a tomar puede ayudarte a mejorar tu estado de ánimo

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El té, con su rica tradición y variedad, ha sido durante siglos una bebida apreciada no solo por su sabor, sino también por sus propiedades beneficiosas para el cuerpo y la mente. Sus compuestos naturales, como los polifenoles, catequinas y aminoácidos, pueden influir en nuestro estado de ánimo, ayudando a calmar, revitalizar o equilibrar nuestras emociones. Elegir el tipo de té adecuado según el estado emocional que atravesamos puede ser una forma sencilla y placentera de cuidar nuestro bienestar.

Cuando nos sentimos ansiosos o estresados, optar por un té con propiedades relajantes puede marcar la diferencia. El té verde, especialmente las variedades como el matcha, contiene un aminoácido llamado L-teanina, conocido por sus efectos calmantes. Este compuesto actúa reduciendo el estrés sin causar somnolencia, proporcionando una sensación de relajación. Además, las infusiones de hierbas como la manzanilla, aunque técnicamente no son tés, son ideales para estos momentos debido a su capacidad para calmar la mente y el cuerpo.

Para quienes buscan energía y enfoque, los tés negros son una excelente opción. Con un contenido más alto de cafeína en comparación con otras variedades de té, el té negro puede proporcionar un impulso energético que no resulta tan agresivo como el del café. Esta variedad también contiene teofilina, un compuesto que estimula el sistema nervioso central y mejora la concentración. Además, el té negro puede ser una gran herramienta para quienes necesitan mantenerse activos y enfocados durante largas jornadas.

En momentos de tristeza o desánimo, los tés con sabores vibrantes y propiedades revitalizantes pueden ser un consuelo efectivo. El té de jazmín, una mezcla de té verde con flores de jazmín, no solo aporta un aroma floral reconfortante, sino que también tiene propiedades que pueden elevar el ánimo. Su fragancia natural estimula la liberación de neurotransmisores como la serotonina, asociados con la felicidad. Por otro lado, los tés afrutados, como el té de hibisco, ofrecen un sabor fresco y ácido que puede levantar el espíritu y aportar una sensación de vitalidad.

Cuando la mente se siente dispersa o sobrecargada, los tés que ayudan a clarificar y equilibrar son especialmente útiles. El té blanco, conocido por ser el menos procesado, contiene altos niveles de antioxidantes que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo en el cerebro, fomentando una mayor claridad mental. También el té de menta, gracias a su frescura y propiedades estimulantes, puede ayudar a despejar la mente y mejorar la concentración.

En situaciones de insomnio o dificultad para dormir, las infusiones suaves y sin cafeína son las más adecuadas, según nos detallan en La Oruga Azul, quienes añaden que, aunque el té tradicional, como el negro o el verde, puede no ser ideal en estos casos debido a su contenido de cafeína, las alternativas como el rooibos o el té de valeriana ofrecen una opción relajante para consumir por la noche. Estas infusiones fomentan el descanso profundo y ayudan a preparar el cuerpo para el sueño.

Por último, para quienes buscan equilibrio emocional en su día a día, los tés con propiedades adaptogénicas, como el té de ashwagandha o el té de ginseng, pueden ser aliados efectivos. Estos tés ayudan al cuerpo a adaptarse mejor al estrés y promueven un estado de calma general. Sus beneficios se sienten de manera gradual, haciendo que sean ideales para quienes desean mantener una estabilidad emocional constante.

Elegir el té adecuado para cada estado de ánimo no solo implica seleccionar una bebida que nos guste, sino también entender cómo los ingredientes naturales pueden influir en nuestras emociones. A través de esta conexión entre el cuerpo y la mente, el acto de preparar y disfrutar una taza de té puede convertirse en un ritual reconfortante, un momento de pausa en el que nos permitimos cuidar de nosotros mismos y reconectar con nuestras necesidades. En este sentido, el té no solo es una bebida, sino también una herramienta de bienestar, capaz de transformar pequeños momentos del día en espacios de cuidado y equilibrio.

¿Qué otras bebidas mejoran nuestro estado de ánimo?

Además del té, existen diversas bebidas que pueden influir positivamente en nuestro estado de ánimo gracias a sus propiedades nutricionales y sus efectos sobre el cuerpo y la mente. Estas bebidas contienen compuestos que ayudan a reducir el estrés, mejorar la concentración, proporcionar energía o simplemente generar una sensación de bienestar, como ocurre, entre otras, con:

  • Café. El café, una de las bebidas más consumidas en el mundo, contiene cafeína, que actúa como un estimulante natural. En dosis moderadas, puede mejorar el estado de alerta, la concentración y la energía, además de estimular la liberación de dopamina, conocida como la «hormona de la felicidad». Sin embargo, es importante no excederse, ya que un consumo excesivo puede generar ansiedad o irritabilidad.
  • Chocolate caliente. El cacao contiene compuestos como teobromina y triptófano, que ayudan a relajar el cuerpo y elevar el estado de ánimo. También es rico en flavonoides, antioxidantes que favorecen la salud cerebral. Un chocolate caliente elaborado con cacao puro y leche o alternativas vegetales puede ser un auténtico placer reconfortante, especialmente en momentos de estrés o tristeza.
  • Zumos naturales. Los zumos de frutas y verduras frescas, como el de naranja, manzana, zanahoria o espinaca, son ricos en vitaminas y minerales esenciales que contribuyen al bienestar general. Por ejemplo, la vitamina C presente en los cítricos puede reducir el estrés oxidativo, mientras que los zumos ricos en magnesio (como el de plátano y espinaca) ayudan a calmar los nervios y mejorar el humor.
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