El Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) advierte sobre un aumento de la vigorexia y la ortorexia entre la población adolescente. Esta entidad colegial y Proyecto Comer Libremente han realizado el estudio ‘Percepción del riesgo de TCA en población adolescente’, para descubrir cómo es la alimentación de los adolescentes. En esta investigación han descubierto que el 35,7% de los adolescentes está o ha estado a dieta en el último año y la mayoría no quiere explicar el motivo por el que la comenzó.
En el estudio han participado 300 adolescentes de 12 a 18 años durante 2023 y se trata del análisis de una serie de encuestas realizadas durante 2023 en centros educativos de Valencia y resultado del Move On, la iniciativa mediante la que el CODiNuCoVa ayuda a desarrollar proyectos de sus colegiados y colegiadas. «Seguir dietas sin una supervisión profesional en edades tempranas es un factor de riesgo de desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. La atención excesiva en la imagen corporal y el control de los alimentos ingeridos aumentan el riesgo de mantener posteriormente este tipo de conductas extremas, generando una obsesión que empeora la calidad de vida», señala Belén Serrano, dietista-nutricionista y coautora del estudio.
En la actualidad muchos adolescentes quieren perder peso porque están preocupados por la imagen corporal, pero ahora la atención también se centra en la ganancia de masa muscular y el incremento de peso total. «Observamos una tendencia hacia la búsqueda de cuerpos más voluminosos y musculados. Este desplazamiento en las prioridades podría implicar un aumento en el futuro de otros tipos de TCA menos tradicionales como la ortorexia, obsesión por la comida sana, o vigorexia, que se centra en la búsqueda obsesiva por alcanzar mayor masa muscular a cualquier precio y mediante cualquier medio», apunta Bárbara Tena, cofundadora de Comer Libremente y coautora del documento.
El País explica que «la vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno de salud mental que se caracteriza por la compulsión de ganar masa muscular y que afecta a los varones entre 15 y 35 años». El 58,6% de los adolescentes encuestados admite haber realizado comentarios sobre cuerpos ajenos tras percibir cambios físicos en sus compañeros. En esta investigación también se ha descubierto que uno de cada cinco confiesa haber mentido en el último año respecto a lo que ha comido o fingió malestar físico para no comer. «Recurrir a la mentira para reducir la ingesta demuestra que hay un problema evidente con la comida, normalmente relacionado con el deseo de comer menos», advierte las autoras.
Este comportamiento suele estar vinculado a los síntomas de los TCA que incluye emociones como la culpa, la preocupación por la imagen y la frustración. Uno de cada cuatro encuestados considera que es normal perder más de cuatro kilos en un mes para conseguir el «cuerpo deseado». «Esto refleja una posible normalización de prácticas de pérdida de peso de riesgo, con conductas alimentarias que son en sí un trastorno, como el ayuno prolongado, la restricción calórica extrema o el uso de laxantes», explica el presidente del CODiNuCoVa, Luis Cabañas.
Un 13% de los encuestados reconoce haber consumido suplementos para perder peso. «Que una parte de los adolescentes encuestados haya podido acceder a estos suplementos demuestra la extendida comercialización de estos productos sin ninguna medida de control ni regulación, además de la normalización de su uso en ciertos entornos, que anteponen la imagen a la salud», constatan las autoras.
La adicción al ejercicio puede acabar siendo un problema, porque la persona con vigorexia entrena tanto al cuerpo que se lesiona, por lo que tiene que parar, pero el parón le genera estrés. Esta patología afecta principalmente a chicos que están obsesionados por el ejercicio. Para conocer más datos sobre la vigorexia le hemos preguntado al centro de psicología Canvis y su equipo formado por psicólogos especializados en terapia para los trastornos alimentarios nos han explicado los síntomas de la vigorexia:
-Sigue una dieta estricta.
-Solo se relaciona con las personas que practican deporte.
-Cada vez necesitas más y más cantidad de ejercicio.
-Cuando no puede practicar deporte siente estrés, fatiga, nervios, irascibilidad y tensión.
-Le da igual lesionarse, ya que continúa entrenado.
Esta patología también provoca problemas sexuales porque los hombres vigoréxicos toma sustancias anabolizantes y esto provoca pérdida de erección y menor deseo sexual. Además, las personas con esta patología quieren mejorar su vida sexual con la testosterona, pero esa no es la solución. Buscar apoyo es una poderosa herramienta para superar esta situación, por lo que es necesario pedir ayudar a un especialista y optar por la psicoterapia y un programa completo de nutrición y de ejercicios.
Los chicos también pueden sufrir un trastorno alimenticio, pero varios estudios han comprobado que los trastornos de la alimentación en el caso de los varones han sido mucho menos estudiados que en el caso de las mujeres. En la mayoría de los casos, los jóvenes tardan años, en darse cuenta de que sufren esta enfermedad. Muchos adolescentes piensan que el cuerpo perfecto es el musculoso y quieren mostrar ese físico en las plataformas sociales. Los expertos explican que los padres deben transmitirles la importancia de una alimentación sana.