El mindfulness ha transformado la vida de mucha gente. Les ha permitido tener una existencia más plena, más tranquila y más consciente. Tanto es así que muchos practicantes se plantean, en un momento determinado, convertirse en instructores para compartir los beneficios de esta disciplina con los demás.
El mindfulness se emplea como terapia de apoyo en psicología, pedagogía y crecimiento personal. En otros casos, los instructores lo imparten como una disciplina autónoma. En cualquier caso, dar el paso a enseñar y guiar mindfulness obedece a un interés por ayudar a los demás.
Cuando un aficionado al mindfulness se forma para ser instructor, no solo adquiere habilidades de utilidad colectiva, sino que avanza en su proceso de desarrollo individual.
Así lo cuenta Meri, una psicóloga y actriz que participó en un curso de formación para instructor de mindfulness impartido por Escuela de crecimiento, una escuela de meditación y crecimiento trans-personal que imparte sus formaciones online. Para Meri el curso representó una vivencia que le hizo profundizar en sus inquietudes y orientar sus pasos hacia una vida más conectada con sus valores.
Desde luego, esto puede ser enriquecedor para cualquier persona que comprenda la utilidad que el mindfulness tiene para la vida. Veamos qué características debe reunir un instructor de mindfulness y donde puede formarse.
¿Qué es el mindfulness?
Antes de nada, vamos a ver brevemente en qué consiste el mindfulness.
El mindfulness, o atención plena, es una práctica de origen budista que se ha convertido en una técnica de bienestar y meditación cada vez más popular en todo el mundo. Consiste en centrar la atención de manera deliberada en el momento presente, sin juzgar los pensamientos ni las emociones que surgen. La idea fundamental es observar lo que está sucediendo en el interior y el exterior sin aferrarse ni resistirse a ello.
El concepto de mindfulness tiene sus raíces en la antigua tradición budista, donde se conoce como «sati». Sin embargo, su popularización en Occidente se atribuye en gran medida a Jon Kabat-Zinn, quien fundó el Programa de Reducción de Estrés Basado en Mindfulness (MBSR, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Massachusetts en la década de 1970. Kabat -Zinn adaptó prácticas de mindfulness a un formato secular y científico, lo que permitió que la atención plena se integrara en la medicina y la psicología occidentales.
El MBSR se convirtió en una forma de terapia basada en mindfulness ampliamente aceptada y respaldada por la investigación. Más tarde, otras aplicaciones de mindfulness, como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT), se desarrollaron para tratar afecciones como la depresión y la ansiedad.
El mindfulness se ha extendido a diversas áreas de la vida, incluyendo la educación, los negocios y la psicología, debido a su capacidad para reducir el estrés, mejorar la concentración y promover el bienestar emocional. A través de prácticas como la meditación, la respiración consciente y la observación atenta, las personas pueden aprender a enfrentar desafíos de manera más efectiva y a vivir de forma más plena el presente.
Hoy en día, el mindfulness se practica en todo el mundo como una herramienta valiosa para la gestión del estrés, la mejora de la salud mental y el cultivo de una mayor consciencia en la vida diaria. Su historia, desde sus raíces en el budismo hasta su adaptación en Occidente, destaca su versatilidad y su capacidad para adaptarse a las modernas necesidades de las personas para alcanzar el bienestar y equilibrio personal.
Perfil de un instructor de mindfulness.
El portal de empleo Indeed, dentro de su blog, señala que para ser instructor de mindfulness es necesario tener una formación certificada y conocer la disciplina. Algo, que en muchos casos proviene de la experiencia personal. De todos modos, para ejercer de instructor es recomendable poseer una serie de cualidades personales. Estas son algunas de ellas:
- Empatía y compasión: La empatía y la compasión son esenciales para comprender y apoyar a los participantes en su viaje de mindfulness. El instructor debe ser capaz de conectarse con las experiencias y desafíos de sus pupilos de manera comprensiva.
- Habilidades de comunicación: Un instructor de mindfulness debe tener habilidades sólidas de comunicación, ya que necesita explicar conceptos abstractos y guiar prácticas de meditación de manera clara y comprensible.
- Paciencia y escucha activa: La paciencia es clave al trabajar con personas que están desarrollando su atención plena. El instructor debe ser un oyente activo, capaz de escuchar atentamente las preocupaciones y experiencias de los participantes.
- Flexibilidad y adaptabilidad: Cada persona es diferente. El instructor debe ser capaz de adaptar su enfoque para satisfacer las necesidades individuales de cada uno de los participantes.
- Ética y profesionalidad: La ética y la profesionalidad son fundamentales en la relación entre el instructor y los participantes. Deben establecer límites claros y mantener la confidencialidad.
- Conocimiento de la teoría de mindfulness: Un buen instructor debe estar al tanto de las investigaciones científicas y la teoría relacionada con la atención plena, lo que les permitirá proporcionar información precisa y basada en evidencia.
- Mantener la propia salud mental: Dado que el trabajo como instructor puede ser emocionalmente desafiante, es importante que el instructor cuide su propio equilibrio y bienestar.
- Habilidad para gestionar grupos: Si el instructor trabaja con grupos, debe tener la capacidad de manejar dinámicas de grupo y crear un ambiente de apoyo y seguridad.
Las universidades se asoman al mindfulness.
La Red Iberoamericana de Investigación sobre Cambio y Eficiencia Escolar RNACE, que trabaja con la Universidad de Granada, señala que las universidades están introduciendo cada vez más el mindfulness en los planes de estudio y como herramienta para mejorar la eficiencia de los alumnos.
Cuando el mindfulness aparece como una asignatura o como un tema en una carrera universitaria, lo hace de una manera bastante superficial. No se puede decir que un universitario que haya estudiado un poco de mindfulness, por ejemplo en psicología, esté en condiciones de poder guiar un grupo. De todos modos, estas son algunas carreras universitarias donde el mindfulness está presente de alguna que otra manera:
- Psicología: Es en la psicología donde el mindfulness ha tenido una mayor penetración. Los programas de psicología a menudo incluyen cursos o módulos sobre terapias basadas en mindfulness y atención plena, como la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT) o la Terapia de Aceptación y Compromiso (A.C.T.).
- Magisterio: La educación también ha adoptado el mindfulness, tanto en programas de formación de maestros como en asignaturas que se centran en cómo aplicarlo el entorno educativo. Los educadores aprenden a usar técnicas de atención plena para promover la concentración en el aula.
- Medicina: En muchas facultades de medicina y programas de salud, se ha incorporado el mindfulness como parte de la educación médica. Los futuros profesionales de la salud aprenderán a utilizar técnicas de mindfulness para reducir el estrés, mejorar la empatía y proporcionar un mejor cuidado a los pacientes.
- Trabajo social: Los estudiantes de trabajo social a menudo estudian cómo el mindfulness puede ser beneficioso para ayudar a las personas a manejar las dificultades emocionales. Puede ser una herramienta útil para los trabajadores sociales en su trabajo con personas que atraviesan una situación personal complicada.
- Empresariales: En programas de negocios y gestión, el mindfulness se ha introducido en cursos sobre liderazgo, gestión del estrés y toma de decisiones. Ayuda a futuros líderes y directivos de empresa a desarrollar habilidades de gestión emocional y bienestar en el entorno laboral.
- Ciencias del deporte: Los estudiantes que se especializan en ciencias del deporte pueden estudiar cómo el mindfulness puede mejorar el rendimiento deportivo y la gestión del estrés en atletas.
- Ciencias de la comunicación y periodismo: En el campo de la comunicación, el mindfulness se ha incluido en cursos que se centran en la mejora de la comunicación efectiva.
Formación no reglada.
El mindfulness tiene un reconocimiento general, sin embargo, para impartirlo profesionalmente no existe una formación académica oficial. El futuro instructor deberá formarse en cursos organizados por academias privadas que cuentan con una certificación y reconocimiento en el sector.
Estos cursos suelen durar entre 18 y 36 meses y persiguen objetivos teóricos y prácticos. El estudiante deberá adquirir conocimientos generales sobre la historia y los fundamentos del mindfulness. Manejar conceptos teóricos de esta disciplina, desarrollar habilidades sociales para conectar con sus futuros alumnos, y aplicar métodos de gestión de dinámicas de grupo.
El instructor, una vez terminado el curso, deberá ser capaz de diseñar programas para diferentes sectores y destinatarios específicos, así como eventos especiales como retiros, talleres y jornadas monográficas. Planificar estos planes y ejecutarlos, adaptándolos a lo largo de su desarrollo de acuerdo con los objetivos.
No nos olvidemos que un instructor no solo está al frente de una clase aislada, sino que dirige un programa, en el que se va a encontrar con alumnos con distinto nivel de conocimiento sobre la materia y con individuos que tienen diferentes intereses.
Aunque nos pueda parecer un poco complicado, prepararse para ser instructor de mindfulness es un reto personal apasionante para los amantes de esta disciplina de crecimiento personal.