La contaminación en Barcelona

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Barcelona es una de las ciudades más preciosas de España. Por supuesto hay que pedir permiso para decirlo a San Sebastián y Sevilla. Sin embargo, los problemas políticos han provocado que se pierda un poco de ese encanto. Yo sigo viajando a la ciudad condal siempre que puedo. Ahora bien, no he notado tanto que haya empeorado por el famoso process, sino que ha sido por culpa de la contaminación. Solo hay que dar un paseo por las principales arterias para comprobarlo. Cuando me alojó en el Mercer Hotel aprovechó para dar una vuelta por las calles más concurridas, y es cierto, que en los últimos años noto que está peor.

Agencia de Salud Pública

Según el informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, en el año 2018 la contaminación del aire provocó 351 muertes prematuras. Los vehículos motorizados generan el contaminante principal de la ciudad, el dióxido de nitrógeno (NO2), al que el 48 % de la población de la ciudad está expuesta habitualmente en unos valores superiores a los recomendados por la OMS. Con estos datos habría que preguntarse qué podemos hacer para mejorar esto.

Y los datos son aún peores. Desde el año 2010 un total de 3.749 personas han muerto a Barcelona a causa de la exposición continuada a partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5) en unos niveles superiores a los recomendados por la OMS. Por término medio son 424 muertes evitables cada año. Los principales efectos de la contaminación atmosférica en la salud se producen en el sistema cardiovascular y respiratorio. Estos efectos se agravan en colectivos vulnerables como las personas mayores, las mujeres embarazadas o los niños.

Está claro que Barcelona es una ciudad con mucho tráfico, pero tiene dos problemas añadidos. Además está encajonada entre el mar y la montaña, que actúa como pantalla, y además tiene el puerto muy cerca del núcleo urbano, algo que no ocurre en otros sitios. La combinación de estos elementos convierte a Barcelona en una ciudad muy contaminada que ha recibido numerosas advertencias de la Comisión Europea por superar los niveles de NOx. Una pena, porque como te decía Barcelona es una de las ciudades más bonitas, pero está envejeciendo por culpa de la contaminación.

Los valores de la mayoría de los contaminantes están relacionados con el tráfico en la ciudad. Así, durante los días laborables, los registros de NO2 de las estaciones que miden la calidad del aire de Barcelona son más elevados que los que se registran durante los fines de semana. Aun así, el informe manifiesta que los sábados y los domingos los valores promedios de NO2, PM10 y PM2,5 son superiores a los que recomienda la OMS. Otros contaminantes como el ozono y las emisiones de óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles presentan valores más altos los fines de semana que los días laborables.

Emisiones nocivas

De todas las emisiones nocivas, las más perjudiciales para la salud son los óxidos de nitrógeno que a largo plazo influyen en la aparición de enfermedades respiratorias crónicas y cerebrovasculares como el ictus y las partículas en suspensión (que afectan al aparato respiratorio y al sistema cardiovascular).

Está comprobado que en los días de más contaminación hay picos de pacientes en las urgencias de los hospitales por episodios de asma y de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). También ocurre lo mismo con las alergias, ya que las partículas en suspensión se unen con el polen y hacen que sea más alergénico. Y ante esto, ¿qué hacen los políticos?

Política medio ambiental

Pues el Gobierno barcelonés ha creado un protocolo, pero que no se está cumpliendo mucho. Estos son algunos de los logros de los que hablan en su página web. La promoción de la movilidad sostenible ha posibilitado que el 80% de sus ciudadanos se desplacen en transporte público, a pie o en bicicleta. Por lo que respecta al consumo de agua, Barcelona lo ha reducido un 15% desde el año 2000 como resultado de las políticas impulsadas y de la creciente concienciación de la ciudadanía. Esta conciencia ambiental en aumento también ha influido en el incremento de la fracción de residuos recogidos por separado, que ha aumentado un 188% desde el año 2001.

Y, como punto de partida de todos estos avances ambientales, se encuentra la Agenda 21 de Barcelona, Plan de acción sostenible de la ciudad con una importante dimensión social y de participación ciudadana (puesto que cerca de 640 organizaciones han firmado de forma voluntaria el Compromiso Ciudadano por la Sostenibilidad). A continuación se presenta un resumen informativo sobre el comportamiento ambiental de Barcelona en los últimos 10 años, organizado en 12 bloques temáticos destacando la situación actual y las medidas impulsadas. Sin duda, el camino todavía es muy largo.

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